Emociones

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¿Fluyes con emociones ó consumes adicciones?

Dicen que actualmente vivimos en la sociedad del I.S.I. (Impaciencia, Sensibilidad, Individualismo) en la que cada vez hay más gente y menos personas. En general, la mayoría no son fieles a sus valores de vida, porque no saben nombrarlos. Sin valores no se conoce la verdadera identidad, el
¿Quién soy? ¿Quién me gustaría ser?

Tampoco han aprendido a gestionar, sin controlar, sus propias emociones a través de la triple “C” (Conocerlas, Canalizarlas, Compartirlas) y por eso vivimos entre caracteres débiles. Estos tipos de carácter son los reactivos, los que enseguida “saltan” bruscamente ante cualquier estímulo, los que dicen lo que piensan sin reflexionar en las consecuencias (no son honestos, sino “honesticidas”) sobre todo dañándose a ellos mismos. Una persona con carácter fuerte (es decir, mucho carácter) sabe poner en práctica el método O.P.A (Observa, Piensa, Actúa) antes de responder. Está lo suficientemente equilibrada para valorar su reacción y posibles consecuencias.
¿Que tipo de carácter tengo? ¿Cómo son mis relaciones con este carácter?

A consecuencia de esta situación, como “vía de escape”, las aficiones se están transformando en adicciones. Por ejemplo: se ha pasado de alimentarse para nutrirse, a devorar de forma obsesiva para evadir las emociones no gestionadas. Un estímulo, origina un pensamiento, y el pensamiento conduce a una emoción que, al no aplicar las “3C”, se manifiesta con un comportamiento compulsivo, el cual conduce a un resultado frustrante origen del “sentimiento de culpa”. Las siglas de este proceso tan dañino, “ahora que está de moda”, son P.E.C.R. (Pensamiento, Emoción, Comportamiento, Resultado).
¿Con cuanta culpa cargo? ¿Cómo me siento y que responsabilidad tienen los demás de ello?

En general, se piensa que las personas que tienen problemas con drogas ilegales son un desecho de la sociedad, además de ser peligrosas, pero una gran parte de la población va casi a diario a la farmacia o al estanco a por sus drogas “legales”. Si viene una emoción, se escapan de ella mediante el tabaco o medicamentos poniendo continuos parches inhibidores y entrando en un bucle cada vez más perjudicial tanto para uno mismo como para el entorno que le rodea.
¿Qué intento “tapar”? ¿Cómo “tapo”?

Por supuesto, a día de hoy están en auge las adicciones conductuales: móvil, compras, juego, parejas… ya que la relación que se tiene con ellas es desde una necesidad de dependencia. Cuando no se está consumiendo hay mucho sufrimiento y sale el carácter débil tan reactivo.
¿De que forma sufro cuando pierdo el control sobre algo o alguien que creo necesario para mi? ¿Qué emociones siento que me invaden de manera desmesurada?

La pregunta es ¿Por qué? Comparto un ejemplo: “Tengo cáncer de pulmón”.

  • ¿Por qué tienes cáncer de pulmón? Porque fumo mucho.
  • ¿Por qué fumas mucho? Porque así me evado de mis preocupaciones.
  • ¿Por qué quieres evadirte de tus preocupaciones? Porque me siento inseguro.
  • ¿Por qué te sientes inseguro? Porque nadie me ha enseñado a valorarme.
  • ¿Por qué nadie te ha enseñado a valorarte? Porque mis padres me inculcaron otras cosas.
  • ¿Por qué tus padres te inculcaron otras cosas? Porque era su forma de darme cariño.
  • ¿Por qué era su forma de darte cariño? Porque no sabían hacerlo de otra manera………

Conclusión: El origen de la adicción son las carencias afectivas de la infancia: “niño interior herido”. Frase motivadora: “El presente más brillante surge al sanar la oscuridad de un pasado impactante”.